





El Viaje del Papa Juan Pablo II a Cuba entre el 21 y 25 de enero de 1998 fue un acontecimiento mundial
Pocas veces, en los últimos años, una visita del Santo Padre despertó tanta expectación y tantas conjeturas.
La idea del presunto apocalipsis que brindaban medios informativos del el exterior, cedió paso forzoso a la imagen de un pueblo que escuchó con cariño y respeto el mensaje del suceso de Pedro. Esos 5 días no cambiaron la historia de Cuba, la enriquecieron.